sábado, 2 de noviembre de 2013

NORMAS Y LÍMITES


LA AUTORIDAD

 La autoridad se define como el carácter o representación de una persona por su empleo, mérito o nacimiento, y los padres llevan a cabo la representación de este papel porque les viene dado al fundar una familia.
Para ganarse un reconocimiento que les otorgue autoridad, los padres pueden:

  • Establecer normas de funcionamiento que tengan en cuenta las necesidades de los miembros de la familia; es decir, contar con lo que el niño precisa y no sólo con lo que a ellos les gustaría.
  • Consenso entre quienes ejercen la autoridad (el padre y la madre) por lo que se quiere conseguir. Una vez decidido, comunicárselo los dos al resto de la familia o a los cuidadores.
  • Cumplir y hacer cumplir las normas marcadas y consensuadas. Es necesario que se lleve a la práctica lo previsto y aceptar las consecuencias que derivan del cumplimiento o no de las normas establecidas.
  • Mantenga la autoridad, con serenidad, paciencia y buen humor, sea coherente, fomente el prestigio de su pareja, otorgue valor al buen comportamiento, corregir y darles autonomía y libertad.

¿QUÉ SON LAS NORMAS Y LOS LÍMITES?

La norma es la forma en la que se traducen los límites en la práctica. Cada familia establece sus propias normas. La norma dice: "Hasta aquí puedes llegar. Más allá no".
Los límites proporcionan seguridad al niño para enfrentarse al mundo. El pequeño aprende qué esta permitido y qué está prohibido.

ESTILOS DE AUTORIDAD



 CARACTERÍSTICAS DE LOS ESTILOS
PERMISIVO O SOBREPROTECTOR:


1. Tratan de evitar que sus hijos se enfrenten a las dificultades de la vida y van quitándoles obstáculos.
2. No comunican las reglas con claridad y no mantienen los límites.
3. No dan una orientación clara a sus hijos, que crecen sin pautas de conductas estables.
4. Siempre ceden en los conflictos con sus hijos.

CONSECUENCIAS:

  • Los hijos tienden a dar respuestas emocionales desproporcionadas y manifiestan poca estabilidad en sus estados de ánimo.
  • Al no tener un código de conducta marcado, no saben a qué atenerse. 
  • Son poco confiados. 
  • Tienen poco autocontrol. 
  • Suelen ser agresivos e impulsivos.


AUTORITARIO:

1. Creen que el respeto de los hijos será mayor cuanto más le teman.
2. En los conflictos imponen las soluciones.
3. Dirigen y controlan todo el proceso de toma de decisiones.
4. Critican a la persona, no su comportamiento.
5. Temen perder el control de la situación y utilizan órdenes, gritos, amenazas para obligar al niño a hacer algo. Tiene muy poco en cuenta las necesidades de sus hijos. Piensan que simplemente, deben obedecer sin más contemplaciones: “Porque lo digo yo”.

 CONSECUENCIAS:

  • Los hijos suelen enfadarse a menudo, son miedosos y aprensivos.
  • Se muestran melancólicos y tristes.
  • Albergan sentimientos de culpabilidad.
  • Temen hablar ante los adultos, por temor a ser reprendidos por lo que dicen.
  • Pueden sentir agresividad y odio hacia sus progenitores.



ESTILO COOPERATIVO
O DEMÓCRATICOS:

1. Establecen reglas claras y refuerzan o sancionan su cumplimiento.
2. Se muestran satisfechos y seguros y apoyan las conductas constructivas de los niños;  ponen especial cuidado en señalar sus conductas adecuadas.
3. Cuentan con sus hijos a la hora de repartir tareas y responsabilidades en casa.
4. Inducen en los hijos habilidades de trabajo en equipo. Transmiten la idea de familia como grupo organizado y que funciona con normas que todos cumplen.
5. Permiten a los niños aprender de manera autónoma y evitan solucionar los conflictos, orientándolos a que ellos los solucionen.

CONSECUENCIAS:

  • Desarrollan el sentido de responsabilidad y asumen las consecuencias de sus actos.
  • Tienen autocontrol, iniciativa para realizar tareas nuevas y confianza en superarlas sin que ello les cause estrés. 
  • Confían en sí mismos y en sus capacidades.
  • Suelen ser alegres.
  • Adquieren actitudes de cooperación, toma de decisiones y de respeto por las reglas.


EL VALOR DE DECIR QUE NO

  • El no, cuando es justo, no culpabiliza a quien lo dice, educa a quien lo escucha.
  • Un no dicho con convicción y énfasis no tolera ninguna contradicción por parte del niño. Un no poco creíble carece de valor.
  • Decir “no” a todo aquello que pide el niño es reprimir su iniciativa y no permite desarrollar la autonomía necesaria para su edad.




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