jueves, 17 de abril de 2014

Que esta crisis sea nuestra oportunidad para crecer

Los recientes acontecimientos en la zona sur de Tamaulipas nos han traído incertidumbre, tensión, cambios en nuestra forma de vida, el mundo es muy pequeño y de alguna u otra manera lo que le sucede a una persona le impacta a toda una sociedad, porque como vimos, todos tenemos gente cercana que verídicamente le sucede o sucedió algo en esta tensa situación en donde no puede sentirse uno seguro de salir a la calle o ni siquiera poder estar tranquilo en casa.
Esta entrada no tiene la intención de ser política, el primer paso para sentirse mejor es la verdad y la claridad de los hechos, causa una confusión muy grande en los integrantes de una familia con un padre que tiene alguna adicción, observar todo el caos que causa, y que el otro progenitor o la familia lo niegue justificando la situación diciéndole a los hijos que no pasa nada, que todo está bien, es como diría Susan Forward: “El dinosaurio en el cuarto de estar”.
Lo que vivimos en este momento nos causa una crisis en nuestra vida y una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización (lo que es bueno, porque al ser temporal, sabemos que esto pasará) y lo podemos notar por la incapacidad para manejar estas situaciones con los métodos que siempre hemos utilizado para solucionar los problemas que por lo general nos acosan, lo interesante es que cuando tenemos una crisis ésta puede desembocar en un resultado positivo o negativo para nuestra persona.
El término chino de crisis (Weiji) se compone de dos caracteres que significan peligro y oportunidad, concurrentes al mismo tiempo, por lo cual este momento en el que nuestro mundo se nos mueve por dentro y cambia todo lo que pensamos acerca de las cosas que dábamos por seguras, pueden desembocar en estrés crónico, una depresión y si somos proclives a ello reactivar un trastorno emocional que ya habíamos superado o puede darnos la oportunidad de adquirir nuevas herramientas, tomar una filosofía de crecimiento y superación o confirmar lo que en teoría habíamos entendido, salir mejor de cómo llegamos a ese punto.
En lo personal veo las crisis en nuestra vida, como una forma de enfrentarnos a nosotros mismos, de crecer, lo relaciono con las caricaturas de Digimon y Pokemón, que solo combatiendo y poniendo a prueba su fuerza, de la que no creían pudieran tener hasta que ese momento crítico los hace Digievolucionar, al final evolucionamos y lo que no te mata te hace más fuerte.
Por otro lado las crisis en nuestra vida pueden ser circunstanciales y de desarrollo, las circunstanciales (las que vivimos en este momento) son accidentales o inesperadas y el factor desencadenante es ambiental; las crisis de desarrollo son aquellas relacionadas con el desplazamiento de una etapa a otra de crecimiento, desde la infancia hasta la senectud.
Lo importante en estos casos es cómo percibimos el suceso que da lugar a la crisis y cómo el suceso incide en la estructura existencial de la persona acerca de la vida, lo que hace que la situación sea crítica.
Por ejemplo si dentro de nuestra filosofía de vida consideramos que estas cosas no deben pasar, lo que sucede atacará lo que creemos con firmeza, puede ser también que estemos conscientes que esto puede suceder, pero la información de lo que está aconteciendo sobrepasa nuestro pensar acerca de ello.
Lo cierto es que lo sucedido causa en nosotros desorganización y desequilibrio, por lo que son comunes los sentimientos de cansancio y agotamiento, de desamparo, de inadecuación, de confusión, que pueden ser acompañados por síntomas físicos y síntomas de ansiedad; por lo cual hay una desorganización en las relaciones laborales, familiares y sociales, influyendo en nuestra actividades.
En la estructura cognoscitiva de Taplin, la sobrecarga del suceso precipitante deja a la persona confundida y abierta a las sugestiones, por lo cual una intervención en este momento produce la oportunidad de cambio que caracteriza a las crisis, esperando que sea para bien.
Por lo que Caplan sugiere:
1.- Explorar activamente conflictos reales y buscar información.
2.- Expresar sin reserva sentimientos negativos, positivos y tolerar la frustración.
3.- Pedir ayuda activamente a otros.
4.- Descomponer los problemas en fragmentos manejables y trabajar con uno cada vez.
5.- Estar consciente de la fatiga y las tendencias que propician la desorganización, en tanto se mantiene el control y los esfuerzos por seguir adelante en tantas áreas del funcionamiento como sea posible.
6.- Controlar los sentimientos donde se pueda (aceptándolos cuando sea necesario), ser flexible y estar dispuesto a cambiar.
7.- Confiar en sí mismo y en otros y tener un optimismo básico sobre los resultados por venir.
Por otro lado la duda que todos tenemos es el tiempo que durará todo esto y el punto más alto de la crisis es de 3 a 6 semanas, la atención en ese tiempo es básico, sin embargo podemos continuar con algunos síntomas después de 3 a 6 meses, depende de la atención oportuna y de las características de cada individuo.
Inevitablemente viviremos alguna crisis en nuestra vida y es el momento ideal para acercarnos a nuestro lado espiritual, reflexionar sobre nosotros mismos y lo que nos rodea, es un momento para dejarnos vencer en el buen sentido, a veces luchar no es la respuesta.
La oración de la Serenidad nos es útil en estos momentos:
“Dios concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que si puedo y la sabiduría para conocer la diferencia; viviendo un día a la vez, disfrutando un momento a la vez, aceptando las adversidades como un camino hacia la paz; pidiendo como lo hizo Dios, en este mundo pecador tal y como es, y no como me gustaría que fuera; creyendo que tu harás que todas las cosas estén bien si yo me entrego a tu voluntad; de modo que pueda ser razonablemente feliz en esta vida e increíblemente feliz contigo en la siguiente. Amén.”



Bibliografía: Intervención en crisis Karl A. Slaikeu Edit. Manual Moderno 2da Edición