viernes, 26 de noviembre de 2010

UNA NUEVA FAMILIA

No es fácil hoy en día ser un padre adolescente o padre joven, ya que los hábitos que como cultura actual tenemos no van orientados a tener un familia, la dirección que se sigue es a divertirnos, ser egoístas y a perder el tiempo.
Cuando una joven pareja inicia su vida de casados con la responsabilidad de un bebé, los cambios a los que se enfrentan son proporcionales al estilo de vida que llevaban antes; las fiestas disminuyen, las horas de juego e internet también, el tiempo pasado con los amigos varía de manera importante; es difícil al principio equilibrar todo, y lo peor que se puede hacer es seguir exactamente con la misma vida, para una situación que tarde o temprano se enfrenta... crecer.
El amor es inegablemente el camino; y se logra trabajando con nosotros mismos, aceptándo el nuevo estatus de padres y de pareja, nunca seremos los mismos, porque ahora tenemos la oportunidad de ser mejores.
El ser humano tiene la capacidad de aprender, de mejorar, de crecer, de hacer que las cosas sean distintas; siempre tendremos miedo a cometer errores, solo hay que corregirlos y empezar de nuevo.

LA VIDA EN PAREJA

La vida en pareja puede ser tan sencilla o tan complicada como nosotros deseemos que sea; algunas de las bases para una buena relación son: escuchar, hablar, empatía, respeto a los pensamientos y las ideas del otro conjuntando nuevas ideas, dar soluciones y no acrecentar los problemas, todo esto forma parte no solo de la vida en pareja, son habilidades que se requieren para la convivencia con otros, en cualquier ámbito, familia, sociedad, escuela o trabajo.
Es importante tratar a la pareja como aliado y no como enemigo, enfocar una vida tranquila y en paz, esto no quiere decir que se tenga una vida aburrida, la paz no es aburrida, la tranquilidad no es infelicidad, es la base para dar lo mejor de nosotros. Construyan el tipo de relación que desean, hablen acerca de las expectativas que cada uno tiene o empiecen a formarlas, construyan sean creativos.

Convivir con otro no es fácil, no importa que edad se tenga, hay que luchar con varios fantasmas y con nostros mismos, con los fantasmas de la relación de nuestros padres que de alguna forma nos marca, con el fantasma de lo que soñabamos y no es así en la realidad, con todas aquellas características de nuestro carácter que nos hacen maravillosos pero al mismo tiempo nos llega a convertir en nuestro peor enemigo.
Recordemos siempre porque estamos con el otro,  recordemos lo que sentimos y queremos seguir sintiendo, busquemos el crecimiento personal y de pareja; esperemos momentos malos y aprendamos de ellos, aprendamos porque sino... seguiran ahí.

1 comentario:

  1. Gracias por tu comentario Priss, es el ciclo de la vida tarde o temprano se tiene que dar, no importa que tan joven o viejos seamos, todos podemos si nos dan confianza y fe.

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