Cuando se espera la llegada de un bebé, las emociones que enfrentamos son muy diversas, la alegría, la expectación, la sorpresa, la incertidumbre o la confusión; sabemos que la espera anhelada de un hijo es el ideal, sin embargo en la vida los bebés llegan muchas veces sin avisar, solo bajan del cielo para mostrarnos una lección muy importante de vida.
LA SORPRESA
La mayor parte de las parejas no están preparadas para recibir en su vida a un bebé, ni las clases de biología en la escuela, ni las bien intencionadas conferencias sobre sexualidad, tampoco los comentarios sobre "ese tema" de los padres. A "la hora de la hora" se olvidan muchos métodos anticonceptivos o la idea que se tiene de ellos con la confianza de "no me va a pasar" y al final el MILAGRO se manifiesta.
Un embarazo no deseado o no planeado representa una gran oportunidad de crecimiento personal para los futuros padres, para el bebé e incluso para toda la familia, ya que llega a ser una revolución en la vida de todos los que lo rodean.
La madre, no solo ve como su cuerpo se transforma en un bello recipiente de vida (consecuencia visible de aquel momento divino), las emociones, las decisiones, son un torbellino... un huracán en su mente.
El padre, por otro lado, tiene hecho un lío en la cabeza, iniciando por la aceptación de esa paternidad y todo lo que conlleva, con la desventaja de que en él no está creciendo esa preciada vida y por lo tanto los sentimientos son muy encontrados y a veces falta empatía.
Los abuelos en ocasiones viven esa experiencia por primera vez ó "no de esa manera" y con el camino recorrido de su historia vienen a su mente el recuerdo de su inicio como padres, acompañado de pensamientos fatales acerca de la realidad que le espera a su vástago, que en muchos casos no ha iniciado si quiera su vida o si es adulto no imaginaban la llegada de su nieto en esas circunstancias.
El resto de la familia puede tomar diversos partidos, como: no hacer comentarios, comentar la situación como si fuera un tema de debate "lamentar el hecho" casi acompañado del pésame ó estar felices del nuevo miembro que llega, de todas formas en muchos de los casos a ellos no les toca tan de cerca esa "situación".
No hay que olvidar que cuando ese milagro se hace presente todo cambia y puede cambiar en muchas ocasiones para bien; el bebé se convierte en la gran oportunidad que todos tenemos en la vida para sacar fortalezas y reconocer nuestras debilidades convirtiéndonos en mejores personas.
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